Roma
En el siglo I a. C., los romanos conquistaron la parte sur del país, donde crearon la provincia romana de Germania Inferior. Los romanos fueron los primeros en construir ciudades en el país, como Utrecht, Nimega y Maastricht. La parte norte, que estaba fuera del Imperio romano y que era el lugar donde los frisios vivían, fue fuertemente influenciada por su poderoso vecino del sur.
La relación con los habitantes del país fue buena en general; muchos bátavos sirvieron en la caballería romana. La cultura bátava fue influenciada por la romana, resultando, entre otras cosas, en templos de tipo romano como el de Elst, dedicado a los dioses locales. Sin embargo, esto no impidió la rebelión de los bátavos en el 69 d.C., bajo el liderazgo del líder bátavo Julio Civilis, un oficial de las tropas auxiliares. Durante la revuelta, que aprovechó la inestabilidad que se produjo en el imperio durante el año de los cuatro emperadores, los bátavos consiguieron destruir dos legiones romanas e infligir humillantes derrotas al ejército romano. Otros soldados romanos se unieron a la revuelta, que incluso dividió la parte norte del ejército romano y en abril del 70 d.C., Vespasiano envió unas cuantas legiones para frenar la revuelta. Su comandante, Petilius Cerialis, fue derrotado por los bátavos y comenzó negociaciones con Julio Civilis, en algún lugar entre Waal y Maas cerca de Noviomagus (Nijmegen) o, como los bátavos probablemente lo llamaban, Batavodurum
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