Reino de los Paises Bajos
El territorio de los Países Bajos fue incorporado al Primer Imperio francés bajo el mando de Napoleón I desde 1810 hasta 1814. Después se formó un Reino de los Países Bajos que incluía a las actuales Bélgica y Luxemburgo. El Congreso de Viena ocasionó dos importantes cambios: el control colonial sobre Indonesia fue perdido y el norte y sur de los Países Bajos se unificaron.
Las tensiones entre el norte y el sur entre otras causas por la diferencia religiosa, provocaron que en 1830 los belgas se declararan independientes y aunque el rey Guillermo I de Alemania envió un año más tarde las tropas, la movilización de las tropas francesas en favor de la causa belga lo hizo desistir de cualquier enfrentamiento. Sólo ocho años más tarde, en 1839, se reconoció oficialmente la independencia de Bélgica.
La ascensión de la reina Guillermina al trono en 1890 significó la separación de estos y Luxemburgo, debido a que el título de Gran Duque no puede ser heredado por una mujer. Durante el siglo XIX el país tardó en industrializarse en comparación con Alemania o Francia.
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